Como padre o madre quiero proteger a mis hijos, que siempre estén a salvo, cuidados y protegidos. Somos protectores natos, pero ¿qué pasa cuando faltamos?
En el año 2020 en España han fallecido 14192 personas de entre 20 y 49 años. Muchas de ellas han dejado hijos menores de edad, que habrán perdido a uno o, en el peor de los casos, a sus dos progenitores.
Esto es un hecho que, aunque improbable, puede ocurrir. Si tienes hijos, es fundamental que pienses en cómo protegerlos, aunque tú ya no estés aquí.
En este artículo te daremos información muy útil para dejar solucionada hoy, la protección de tus hijos mañana. Te explicamos los siguientes puntos:
- Protocolo de actuación
- Seguro de vida
- Testamento
- Albacea
Proteger a tus hijos es un instinto natural
El proteger a los hijos es casi un acto reflejo, nos sale de forma natural. Sus cuidados requieren esfuerzo, organización, tiempo e improvisación. Pero también mucha previsión. Todos los días pensamos en su futuro y, entre los distintos escenarios, hay que plantearse cómo garantizar su bienestar si algún día ya no estamos para ocuparnos de ellos.
Ante esta perspectiva se nos plantean múltiples preguntas: ¿Qué pasará con nuestra casa? ¿Nuestros hijos podrán seguir estudiando en su colegio? ¿Va a faltarles el dinero?
Hay una serie de acciones que puedes emprender ahora antes de que se presente un acontecimiento imprevisible como puede ser un accidente o una enfermedad. Estas son nuestras recomendaciones:
Creación de un protocolo
Haz una lista de aspectos y acciones importantes para ti en caso de que fallezcas. Esto es lo que se conoce como protocolo de actuación, en el que quedarán recogidos todos los puntos que deben estar claros y solucionados.
Algunos aspectos importantes que debes tener en cuenta al realizarlo son:
- Las decisiones con respecto a la educación y manutención de los menores.
- La documentación relativa al seguro de vida del que serán beneficiarios.
- El testamento de herencia de bienes.
- Las instrucciones sobre quién será el tutor legal en caso de muerte de los dos progenitores.
- La designación del albacea que se ocupará de los aspectos legales.
Una vez hayas completado el protocolo, consulta con un abogado si está correcto o si hay algún aspecto legal, jurídico o monetario que has olvidado.
Este documento sirve de guía y ayuda para los familiares, pero no es vinculante, por lo que debe quedar recogido legalmente en el estamento.
Seguro de vida
Este punto es básico porque les asegura a tus hijos una importante cantidad de dinero de la que pueden disponer (a través de su tutor legal si aún son menores de edad) sin depender de la situación económica familiar. El dinero del seguro de vida que les corresponde a los asegurados o beneficiarios es una cantidad aparte e independiente del resto de bienes que se reparten en la herencia, o de la pensión de orfandad.
En España la pensión de orfandad tiene una cuantía media de 417 €, claramente insuficiente para cubrir las necesidades básicas de un menor. Por ello, para que tus hijos no tengan problemas económicos si tú faltas, la mejor decisión es contratar un seguro de vida. Y cuanto antes lo hagas mucho mejor ya que, cuanto más joven se contrate el seguro, más barata será la cuota anual. Puedes realizar una consulta interactiva en tiempo real de tu cuota en este enlace.
El seguro de vida paga la cantidad de dinero contratada a los herederos o a la persona que se designe, en caso de fallecimiento del asegurado. La cantidad correspondiente se recibe en un solo pago. Por ejemplo, en un seguro de vida con un contrato de 100.000 euros, si fallezco, mis hijos recibirán ese dinero de una sola vez. Párate a pensar, que no tienes que estar pagando la cuota durante años para que tus hijos reciban los 100.000 €. Con que hayas firmado el contrato y pagado la primera cuota, ya dispondrán de esa cantidad.
Para una persona que ahora tenga 40 años, el seguro de vida de Globallife, el más asequible según nuestro comparador, solo le costaría 75,7 € al año. Por unos 6 € al mes tus hijos estarán protegidos y no les faltará el dinero cuando tú no estés.
Además, un seguro también ayuda a simplificar los trámites burocráticos que hay que realizar cuando una persona fallece, ya que muchos incluyen las labores de gestoría y tramitación de documentos legales.
Hacer testamento
Escribir el testamento cuando uno está sano y con sus capacidades intactas es un acto de generosidad. Es un trámite bastante sencillo que facilita la vida de los que se quedan.
El testamento es un documento legal y vinculante que solo es válido si se realiza ante notario. Hacer un testamento no es caro, menos de 100 euros en una notaría y, además, se puede modificar todas las veces que se desee.
Hasta que cumplan los 18 años el tutor legal de tus hijos será el que administre su herencia. En caso de divorcio o separación, si no quieres que tu ex administre tus bienes, puedes designar a un administrador, que se ocupará de estos aspectos hasta que tus hijos sean mayores de edad. Esta persona no podrá disponer de los bienes libremente, por ejemplo, vender la casa familiar, y solo podrá usarlos en beneficio de los hijos.
Puedes ampliar la información sobre los requisitos del testamento aquí.
Designar albacea
Para asegurarte de que se cumplen todas tus últimas voluntades consignadas en el testamento, debes buscar un albacea, que será la persona que se encargue de poner en práctica todas las instrucciones y cumplir con la última voluntad y el reparto de la herencia.
Informarse sobre la patria potestad
En caso de defunción de uno de los progenitores, la custodia de los niños siempre recae en el otro progenitor, a no ser que este haya fallecido o no tenga la patria potestad. En el testamento y en el protocolo de actuación es importante designar un tutor legal en caso de muerte del otro progenitor.
Esperamos que esta información te haya sido útil para aclarar estos temas que suponen una diferencia crucial entre proteger a tus hijos o no hacerlo, si alguna vez les faltas. Resuelve estos trámites cuanto antes y disfruta de tus hijos, juega, escucha sus historias, dedícales tiempo de calidad. Te lo agradecerán, y tú a ellos.