La decisión es una cuestión de responsabilidad y cariño hacia quienes nos rodean, pero los datos nos dicen que las personas entre 25 y 45 años son las que más se aseguran. ¿Cuál es la mejor edad para contratar un seguro de vida?
Deberíamos contratar un seguro de vida siempre que nuestra ausencia suponga un problema económico para las personas que queremos. Es decir, cuando nos importe garantizar el futuro de nuestros hijos, confiar en que podrán seguir estudiando, saber que nuestra pareja no tendrá que cambiar de domicilio, que será capaz de hacer frente a los pagos necesarios, que nuestros padres no tendrán que hacerse cargo de las letras de nuestro coche… A menudo no reparamos en el perjuicio que podríamos causar a nuestros herederos si fallecemos o sufrimos una invalidez que nos impida trabajar, ya sean nuestros hijos, nuestra pareja o nuestros padres.
Y hay un perjudicado principal en el caso de invalidez: tú mismo.
Lo que pagan los seguros
Según datos de UNESPA, la Asociación Empresarial del Seguro, las compañías aseguradoras indemnizan 50.000 fallecimientos al año en España. El pasado año 2016, lo hicieron con una cantidad total de 1.723 millones de euros, 4,72 millones de euros diarios, y con una compensación media de 34.427 € por cada fallecimiento.
La edad para contratar un seguro de vida es muy variable. La principal franja en las contrataciones de seguros de vida se sitúa entre los 25 y los 45 años, pero continúa hasta los 64 años, incluso hay seguros de vida para mayores que gozan de una gran aceptación.
Contratar un seguro de vida en función de…
Las cuestiones que debemos plantearnos a la hora de tomar la decisión de contratar un seguro de vida están en función de nuestras circunstancias personales.
1. Los riesgos de salud
Hay riesgos de salud que están muy ligados a nuestro estilo de vida, como las enfermedades cardiovasculares, que dependen mucho de cada uno. Su incidencia es inversamente proporcional a una buena alimentación, la práctica regular de ejercicio, los hábitos saludables como no consumir alcohol ni tabaco…
El sobrepeso y la obesidad también son factores ligados a un mayor riesgo de enfermedad y mortalidad.
Algunas personas arrastran una herencia genética que les da mayores probabilidades de padecer trastornos de salud.
Los contagios, incluidas las enfermedades de transmisión sexual, son otra fuente de problemas sanitarios; unos de fácil remedio y otros no.
Además, existen enfermedades de las que nadie está a salvo, como el cáncer: todos podemos padecerlo a cualquier edad y muchas veces incluso aunque nos cuidemos.
2. El estilo de vida
Cuando uno desempeña una profesión de riesgo es muy posible que las compañías de seguros de vida no le quieran como cliente, o que excluyan justamente la muerte o invalidez derivadas de esa actividad arriesgada, o bien que le cobren una sobreprima.
Pero las personas que llevan una vida arriesgada son las que más necesitan un seguro de vida para proteger a los suyos si les ocurriera algo, o para pagar su manutención y cuidados en caso de invalidez. Por eso es importante hacerse un seguro y no mentir: informar a la compañía sobre nuestras conductas de riesgo o nuestros deportes favoritos, y leer atentamente las exclusiones. Siempre existen maneras de asegurar los riesgos, aunque supongan un mayor coste.
Hay un riesgo muy habitual y nada desdeñable al que la mayoría nos sometemos: el tráfico. Ir cada día a nuestro puesto de trabajo y volver a casa en coche, moto o bici, supone un elevado riesgo de muerte e invalidez. Y también cada fin de semana alguien muere en carretera.
3. Los años
El precio de los seguros de vida varía, y mucho, en función de la edad del contratante. El dicho de nuestras abuelas de el joven puede vivir, pero el viejo tiene que morir es una verdad inexorable. Por eso las compañías encarecen sus pólizas conforme los clientes aumentan sus posibilidades de morir; esto es, conforme cumplen años.
En general, habría que hacerse un seguro de vida con el primer empleo, que es cuando empezamos a comprometernos con comprar bienes como un coche, una moto… o un piso, para no dejar cargas a nadie.
Entre los 30 y los 45 años el precio de un seguro de vida es muy barato. Luego empieza a encarecerse, pero continúa siendo necesario, y más si estamos pagando una hipoteca.
La edad para contratar un seguro de vida
¿Cuál es la mejor edad para contratar un seguro de vida? Nuestro consejo: YA. Ahora mismo. Incluso aunque no tengas pareja ni hijos puede interesarte un seguro de vida para personas solas con una buena cobertura de invalidez por cualquier causa.
No todos los seguros son iguales, y puede que a veces nos dejen en la estacada a nosotros o a nuestros herederos cuando más necesitamos una ayuda. Por eso creemos que lo mejor es pedir asesoramiento a un experto corredor de seguros, que aconseje cuál es la compañía que mejor se adapta a las necesidades de cada uno, en cuanto a ingresos, edad, familia, profesión, deudas… Y que nos explique claramente cuáles son las exclusiones.
Entra en nuestro comparador, calcula lo poco que te costaría vivir tranquilo y saber que, pase lo que pase, estarás atendido y que tu familia contará con lo necesario. O si lo prefieres, llámanos. Estamos para atenderte.