Hay muchos factores que influyen en el precio del seguro: la edad, el estado de salud, el capital asegurado… También depende de si practicas actividades peligrosas o tienes una profesión de riesgo. Pero exactamente, ¿qué se considera peligroso?
Las aseguradoras fijan la prima de nuestra póliza según el riesgo que asumen. Por ello, nos harán una serie de preguntas antes de contratarla para conocer nuestra situación un poco mejor. Y el riesgo de que suframos un accidente y no podamos seguir trabajando (o incluso que muramos) es mayor si tenemos alguna afición de riesgo o una profesión arriesgada. Por eso, serán algunos de los aspectos que nos preguntará la compañía.
Si eres un aficionado a los deportes de riesgo, debes tener muy en cuenta lo que supondría para tu familia que te ocurriera algo. Se calcula que un hogar tarda unos 5 años en recuperarse (emocional y económicamente) de la muerte de uno de sus miembros. Pero puedes evitar esa preocupación con un seguro de vida.
Qué son actividades peligrosas para las aseguradoras
Estos son los deportes que las aseguradoras suelen considerar actividades peligrosas, tanto si los practicas como afición o a nivel profesional.
— Actividades aéreas: aviación, alta delta, paracaidismo, parapente, viaje en globo o en helicóptero…
— Actividades náuticas: submarinismo, kitesurf, snorkel, windsurf, moto acuática, surf…
— Alpinismo: escalada, trekking, espeleología, rappel¸ barranquismo…
— Equitación: cualquier variedad que no sea paseo o entrenamiento en picadero.
— Deportes mecánicos: automovilismo, motociclismo, ciclismo…
— Deportes de nieve: esquí, paseo a una altitud superior a 3000 metros…
— Otros: puenting, por ejemplo.
Cuáles son las profesiones de riesgo
Hay quienes se juegan la vida cada día en su trabajo. Puede que sea protegiendo a los demás, como un policía; o puede que sea conduciendo largas horas, como un camionero. Para ellos es esencial contar con un seguro de vida que proteja a su familia si les ocurre algo.
Se considera que una profesión es de riesgo cuando los trabajadores ponen en peligro su vida o su integridad física. En este grupo se encuentran las fuerzas de seguridad (policías, militares, guardias civiles, bomberos), las profesiones que usan vehículos (pilotos o personal de vuelo, ciclistas…) o que manejan sustancias peligrosas (por ejemplo, alguien que trabaja con productos inflamables). También se incluyen otros empleos, como quienes trabajan bajo el agua o bajo tierra (mineros, por ejemplo), los deportistas profesionales o las personas que trabajan a gran altura.
¿Qué supone practicar actividades peligrosas para el seguro?
Las compañías fijan la prima de la póliza según el riesgo que asumen, que es mayor en los casos de deportes de aventura o profesiones arriesgadas. Por tanto, podrían darse 3 situaciones con la aseguradora:
— Nos cobra una prima más alta.
— Se niega a asegurarnos porque considera que el riesgo es demasiado alto.
— Acepta hacernos el seguro, pero no nos cubre el fallecimiento o el accidente si se produce mientras se realizan esas actividades peligrosas.
¿Puedo mentir sobre si practico actividades peligrosas?
La Ley 50/1980 es muy clara: El tomador del seguro tiene el deber, antes de la conclusión del contrato, de declarar al asegurador, de acuerdo con el cuestionario que este le someta, todas las circunstancias por él conocidas que puedan influir en la valoración del riesgo.
Si la aseguradora te pregunta por tu profesión o tus aficiones, debes contestar con la verdad. De lo contrario, si te sucede cualquier cosa, la compañía podría negarse a pagar la indemnización a tus beneficiarios. Nuestro mejor consejo es que siempre seas sincero. Si te preocupa el precio, puedes utilizar el comparador de seguros de vida para encontrar el que se adapte a tus circunstancias al mejor precio.
¿Y si sufro un accidente y no puedo volver a trabajar?
Al tener una profesión de riesgo o realizar actividades peligrosas, pueden ocurrir muchas cosas. La más grave es fallecer, por supuesto, pero no la única. Puedes sufrir un accidente que te impida volver a trabajar, por ejemplo. En ese caso, necesitarás un dinero extra para hacer frente a tu vida diaria. Por ello existen los seguros de vida con invalidez, que cubren el fallecimiento y la invalidez absoluta y permanente. En este caso, recibirás el capital en un solo pago o una renta para ayudarte con los gastos.
Aunque no lo creas, añadir la invalidez a un seguro de vida no es caro. Por ejemplo, una persona de 35 años que quiera asegurar 100 000 euros tendría que pagar 56,39 € al año con Asisa (la opción más barata, según nuestro comparador). Si quiere que también le cubra en caso de invalidez, el coste solo sube hasta 83,57 € al año con elmejorsegurodevida (el más barato que cubre la invalidez).
Los seguros con doble y triple capital
En nuestro comparador también puedes encontrar seguros de doble capital por accidente y de triple capital por accidente de circulación. Con estos productos, se multiplica el dinero que recibirían tus beneficiarios.
Por ejemplo, una persona de 35 años pagará 56,39 € al año por su seguro de vida de 100 000 euros. Pero si decide pagar 151,33 € al año por una póliza de doble capital, sus beneficiarios recibirían 200 000 euros si muere en un accidente. Y por 187,86 € al año tendrá uno de triple capital, por el que recibirían 300 000 euros si muere en un accidente de tráfico. Son, por tanto, productos muy recomendables para las profesiones de riesgo o para quienes pasen mucho tiempo en la carretera.
Compara seguros que cubran las actividades peligrosas
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