Hay quien contrata un seguro de vida y se olvida de él. Se limita a pagar cada vez que llega el recibo anual y punto. Está cometiendo un error. Conviene revisar el seguro de vida. ¿En que casos?
Tener un seguro de vida es imprescindible para proteger a las personas que más nos importan. Una muerte supone una enorme desgracia para quienes se quedan aquí, por eso debemos velar por nuestros seres queridos, asegurarles que podrán seguir viviendo en el mismo hogar, que nuestros hijos terminarán sus estudios, que nuestra pareja podrá hacer frente a los compromisos de pago… Incluso si estamos solos en el mundo, necesitamos un seguro de vida para personas solas, con el fin de que podamos ser atendidos en caso de invalidez, que también para eso están los seguros de vida.
Los años pasan y nuestras circunstancias cambian. Lo que hoy nos servía, mañana no. Cambian nuestros gustos, nuestros trabajos, el lugar de residencia, nuestro modo de vida, las aficiones y a veces también nuestra pareja. Por eso no solo es importante hacerse una póliza adecuada a las necesidades de cada uno, sino saber que, de vez en cuando, conviene revisar el seguro de vida; tenerlo al día, igual que pasamos la ITV de nuestro coche.
Si nuestra vida cambia, el seguro de vida también
Aparte de revisar nuestra póliza cada año, hay circunstancias que nos deben llevar a revisar el seguro de vida. Estas son algunas:
Emparejarse
Mucha gente contrata su seguro de vida cuando todavía vive con sus padres. Los seguros de vida interesan ya con el primer trabajo, porque es cuando comenzamos a adquirir bienes, como un coche, una moto… Es de sentido común que nuestros herederos, ya sean nuestros padres o hermanos, no tienen por qué ocuparse de nuestras obligaciones de pago si nos ocurre algo. Sin embargo, al emparejarnos tal vez no deseemos que nuestros padres sigan siendo los beneficiarios del seguro de vida, sino nuestra pareja, estemos o no casados. Es el momento de revisar el seguro de vida y cambiar de beneficiario.
Separarse
El amor es eterno mientras dura, pero no dura eternamente. Si habíamos puesto a nuestra pareja como beneficiaria del seguro de vida y la relación se ha terminado, puede que ya no queramos que cobre en caso de que nos ocurra algo. Si nuestra situación afectiva cambia, hay que revisar el seguro de vida.
Tener hijos
Los hijos son herederos naturales, pero puede que con su llegada deseemos aumentar el capital del seguro para que, en caso de que nos ocurra algo, esté garantizado que podrán acabar su carrera y tener todas las necesidades cubiertas. Asegurar su futuro suele ser la principal preocupación de padres y madres.
Quedarse en paro
Lo normal es que pensemos en reducir gastos y decidamos que se acabó el seguro de vida. Pero esto sería un grave error. Los seguros de vida no son caros, y a cambio ofrecen una gran protección para el asegurado en caso de invalidez o para su familia si él ya no está para ocuparse de los demás. Lo que sí se puede hacer el tomador de la póliza es hablar con un corredor de seguros experto y comunicarle la nueva situación para que busque lo más adecuado en esta etapa, o sea, para reducir gastos sin renunciar a la seguridad.
Ascender en el trabajo
Cuando uno tiene un mayor poder adquisitivo suele endeudarse más, comprar más bienes, pagar mejores colegios para sus hijos, acostumbrarse a un nivel de vida superior. Es un buen momento también para elevar la cobertura del seguro y garantizar que, si nos ocurre algo, el seguro nos protegerá a nosotros y a los nuestros de acuerdo con el estatus económico que hemos alcanzado.
Actividades de riesgo
Tanto si es por trabajo como por diversión, hay que avisar al seguro de que practicamos actividades de riesgo. Una nueva afición, como el puenting, el rafting, el parapente… es motivo para revisar el seguro de vida. No todas las compañías cubren las actividades arriesgadas, salvo que el interesado lo comunique y se ajuste el precio de la póliza y su condicionado. No demos por supuesto que nuestra familia estará a salvo pase lo que pase porque puede que no sea así: los seguros tienen exclusiones.
Problemas de salud
Si existen problemas médicos, más vale revisar las condiciones de la póliza, y no solo por el bien de las personas a las que queremos, sino también por el nuestro propio.¿Qué pasaría si necesitáramos atención constante, si no pudiéramos valernos por nosotros mismos? Los problemas de salud son un buen motivo para revisar el seguro de vida y aumentar su cobertura.
Mejores ofertas
Los seguros de vida no son caros, pero así todo la competencia entre compañías está abaratando el mercado asegurador. Siempre puede haber una póliza mejor que la que tenemos, por lo que conviene revisar el seguro de vida y, si nos interesa, cambiarnos a otro más ventajoso, pero sin perder coberturas. Conviene dejarse asesorar por un buen corredor de seguros, porque a veces, tras unos precios muy bajos, puede haber sorpresas desagradables.
Porque sí
Las necesidades que tenemos en una etapa de nuestra vida no son las mismas que en otra. Cuando somos jóvenes no pensamos igual que en la madurez, nuestras propiedades cambian, las personas próximas son otras, los intereses varían… Los seguros de vida se encarecen con la edad, puede que entonces nos interese tener otro tipo de cobertura.
Antes de revisar el seguro de vida…
Estas son algunas de las circunstancias que pueden llevarnos a revisar el seguro de vida, pero no son las únicas. Deberíamos hacer el mismo ejercicio cada año, ver qué ha cambiado y si la póliza sigue respondiendo a nuestros intereses. Lo mejor es hablar con nuestro corredor de seguros, informarle de las novedades en nuestra vida, pedirle que nos informe de los cambios en el mercado asegurador, consultarle si nos interesa modificar el capital asegurado o los beneficiarios o incluso si existe alguna nueva oferta más ventajosa.
Entra en nuestro comparador o, si lo prefieres, llámanos. Un corredor de experto podrá asesorarte personalmente.