El teletrabajo elimina muchos posibles riesgos, como un accidente de coche al ir a la oficina. Sin embargo, trabajar en casa no elimina todos los imprevistos que te pueden pasar, porque la vida es mucho más que 8 horas delante del ordenador.
El teletrabajo ha llegado para quedarse. Cerca de 3 millones de españoles trabajaban desde casa en marzo de este año, según la consultora Adecco. Eso supone que casi el 15 % de los ocupados ya no va a la oficina, sino que se queda en casa durante toda la jornada. La pandemia ha dado un giro a los métodos de trabajo y muchas empresas están pensando en mantener esta fórmula en el futuro.
Estar en teletrabajo tiene varias ventajas. Te permite más libertad, porque no hay que invertir tiempo en ir hasta la oficina, y eso se traduce en una mejor conciliación familiar. Además, evita gastos: gasolina, ropa adecuada, comer fuera… Y también tiene ventajas en cuanto a la salud; al no estar en contacto con compañeros que puedan estar enfermos, reducimos al mínimo el riesgo de contagiarnos.
No obstante, la otra cara de la moneda son las desventajas. Puede resultar difícil saber cuándo desconectar, ya que no salimos de un edificio para volver a casa. También puede ser difícil concentrarse, sobre todo quienes tengan niños pequeños. Estas desventajas, con el paso del tiempo, suman una gran carga psicológica que puede afectarnos seriamente.
Los riesgos del teletrabajo
No hay duda de que trabajar en casa es más seguro que ir a la oficina, sobre todo en tiempos de pandemia. Sin embargo, los imprevistos y las desgracias no ocurren solo cuando estamos en el trabajo. La vida es impredecible, por lo que el teletrabajo no es una fórmula mágica que nos protegerá de cualquier cosa.
Estos son algunos de los riesgos que pueden ocurrirle a cualquier persona que trabaje en casa:
Desplazamientos
El teletrabajo evita muchos desplazamientos. No tenemos que ir y volver de la oficina cinco días a la semana, sino que solo hay que levantarse de la cama y sentarse en el ordenador. ¡Incluso podemos estar en pijama! Sin embargo, la vida es mucho más que 8 horas delante de una pantalla. Cuando termina la jornada, salimos con nuestros amigos, vamos al cine, quedamos para cenar, vamos de excursión… Por desgracia, en las horas de ocio, los riesgos de que nos ocurra algo están siempre presentes. En 2019, fallecieron en las carreteras españolas 1.755 personas. Y en 2020, incluso con el confinamiento y el teletrabajo, fallecieron 870, según la Dirección General de Tráfico (DGT).
Enfermedad
Las enfermedades no entienden de empleos. Más de 116.000 personas fallecieron en 2020 por dolencias del sistema circulatorio, y otras 113.000 por cáncer, las dos causas más frecuentes de muerte en España, según el Instituto Nacional de Estadística (INE).
Enfermedades profesionales
Todos los empleos tienen sus riesgos. Y hay ciertas profesiones que llevan aparejadas algunas enfermedades, sobre todo aquellas que requieren esfuerzo físico. Por ejemplo, los mineros pueden sufrir nistagmus, un movimiento involuntario, rápido y repetido de los ojos.
Los trabajadores de oficina, los que más están teletrabajando, pueden sufrir distintos tipos de enfermedades profesionales: desde dolencias psicológicas (el síndrome del trabajador quemado, la depresión, la ansiedad…) hasta físicas, varias de ellas derivadas del sedentarismo (sobrepeso, hipertensión, colesterol…), pero también otras como la lumbalgia o el síndrome del túnel carpiano.
Las enfermedades, ya sean profesionales o no, en los casos más graves, pueden derivar en una incapacidad o invalidez permanente. Si es así, el empleado ya no puede volver a su puesto debido a su estado de salud y recibirá una pequeña pensión de la Seguridad Social.
Accidentes en casa
Se considera un accidente laboral cualquier lesión que sufra una persona como consecuencia de su trabajo. También se considera accidente de trabajo si te ocurre algo mientras estás yendo a la oficina o volviendo de ella (accidente in itinere). Ese caso se elimina por el teletrabajo, pero siempre puede ocurrirnos algo durante nuestra jornada en casa.
En 2020, se registraron más de 500.000 accidentes de trabajo que obligaron al afectado a pedir la baja. Y teniendo en cuenta que fue un año en el que se teletrabajó muchísimo debido al confinamiento, nos da una conclusión: la posibilidad de que nos ocurra algo mientras teletrabajamos sigue siendo muy real (una caída, un golpe…).
El caso de las profesiones de riesgo
A pesar de la pandemia, muchos empleados han tenido que seguir saliendo a la calle porque el teletrabajo no es posible para ellos. Hablamos, por ejemplo, del personal de la policía, el gremio de la limpieza, las personas que se dedican al transporte de mercancías… Para ellos, no existe la ventaja de estar a salvo en su hogar, ni siquiera en tiempos de pandemia.
Asimismo, algunas de las profesiones que no han podido teletrabajar se incluyen dentro del grupo de profesiones de riesgo. Nos referimos a las fuerzas y cuerpos de seguridad del estado, el cuerpo de bomberos, el personal de vuelo (pilotos, asistentes de vuelo…) o los empleados de la minería. En estos casos, es aún más importante protegerse de posibles imprevistos, pues se enfrentan cada día a los peligros de su profesión.
La protección de un seguro de vida
No importa si trabajas en casa o si tienes una profesión de riesgo que te obliga a salir cada día a la calle. Por desgracia, no podemos saber qué pasará mañana, ni tampoco si nos ocurrirá en el trabajo o durante una excursión con la familia. Lo que sí podemos saber es que, pase lo que pase, el dinero no preocupará a nuestros seres queridos. La protección de un seguro de vida te permite dar tranquilidad a los tuyos, para que, si algo te ocurre, no tengan que pensar en el dinero.
Igualmente, ten en cuenta que hay seguros de vida con invalidez, que te pagan a ti en caso de incapacidad permanente. Recuerda: el teletrabajo no es una fórmula mágica para estar a salvo de cualquier daño. Protege lo que más quieres y a los que más quieres por mucho menos de lo que imaginas. Echa un vistazo a nuestro comparador y sorpréndete.